Hoy escribo estas líneas para hablar sobre el adulto mayor. No comenzaré
diciendo que existen distintas concepciones acerca de lo que significa serlo,
ni de las dolencias que lo podrían implicar y mucho menos acerca de su salud.
Hoy escribo para levantarles la estima que se tienen a sí mismos y, a re-valorarlos;
cuestión que de momento, está muy mal evaluado. Lo que se propone entonces, es
ver no las enfermedades y limitaciones propias de cualquier etapa del
desarrollo humano, sino que ver las posibilidades
y potencialidades de desarrollo en la nueva transición que además, va en
aumento poblacional y etáreo.
Cuando titulo este texto “La
Habilidad de ser viejo”, quiero referirme a su habilidad de vivir. Con
habilidad me refiero a su significado etimológico que viene de la cualidad de ser hábil. Una habilidad de aceptar la
transición hacia unas nuevas etapas llenas de oportunidades pero, muchas veces,
no conocidas y/o sub-valoradas. Una habilidad por cambiar pre-concepciones acerca de sus implicancias y
falsas vinculaciones que nos llevan a no afrontarla. Y es que llegar a la vejez
tiene muchos estigmas asociados a incapacidades, a dependencias y más aún, a
exclusiones.
Durante mucho tiempo se designó Homo
Habilis a una etapa en la historia de la evolución del hombre en que éste era capaz de realizar instrumentos
confeccionados por él mismo. Si bien el término ha sido cuestionado por
quienes estudian la materia –léase antropólogos, historiadores y biólogos entre
otros–, resulta interesante dar cuenta de la capacidad de los mismos, para
elaborar a partir de su entorno, aquello que le permitiría desenvolverse mejor
para la vida en que se desarrollaban. Es en éste sentido que resulta vital,
volver a mirar el ciclo de desarrollo humano en la teoría de Erik Erikson y pensar a ésta nueva
etapa, como capacidad racional de tomar elementos del entorno y transformarlos,
re-adecuarlos y/o re-agruparlos a fin de lograr una mayor estabilidad
intelectual, emocional, psicológica, social y por qué no, física.
Erik Erikson afirma que en la
etapa que va de los sesenta años en adelante, y que a su vez denomina como vejez, la tarea fundamental del
individuo es la de desarrollar la
integridad del ego que permitiría entender el significado de su existencia:
“El problema potencial de la vejez
es la lamentación y la desesperación por
las oportunidades perdidas y las malas elecciones. Una persona desesperada
teme a la muerte y desea ansiosamente otra oportunidad.”
Bajo los argumentos
anteriormente expuestos, es que se deben tomar éstas lamentaciones y
desesperaciones como oportunidad para poner en práctica nuestras habilidades. La
habilidad de ser viejo permitiría
entonces la realización de proyectos y
actividades que posiblemente fueron imposibilitadas en etapas anteriores.
Permite un tiempo para nuestros sueños y para nosotros; un tiempo para hacer
bien aquello que dejamos mal y/o inconcluso; es un tiempo de plenitud y de
valoración propia.
No lejano
a ésta propuesta, se reconoce la importancia de una vinculación inter-generacional que podría traer beneficios
objetivos y subjetivos a nivel de sociedad. Un bienestar no sólo económico
o productivo en el caso de integrar al adulto mayor a centros comerciales y de
producción, sino que también un bienestar
subjetivo que re-valorizaría tanto su propia estima como la de la sociedad.
(Nollert,
Budowski, & Kersten, 2010, pág. IX) .
Pero,
¿cuáles son los actuales desafíos de
intervención con los adultos mayores hoy en día? ¿Cuáles son los obstáculos que afrontamos hoy en día
como disciplina y como sociedad frente a éste sujeto y al fenómeno?
Las respuestas a estas
preguntas y a tantas otras que se le pueden ocurrir al lector, están en los
mismos adultos mayores. Nuestro gran desafío es incluirlos en las decisiones que los implican,
situar su realidad (contextualizar) en nuestro país, región y localidad y, por
supuesto, dar una respuesta que nos permita lograr evaluar el ciclo final de
desarrollo como exitoso. Todo esto no es posible si no se investiga la realidad
de los sujetos. Nuestra disciplina debe hacer explícita las contradicciones que
se originan en éstos discursos; estrategia que hemos realizado hasta ahora
pero, con el desafío principal de dar a conocer aquellas conclusiones y aportes
que encontramos en el ejercicio mismo, a fin de construir las bases de
intervención contextualizadas que nos permitan estar en consonancia con los
procesos de modernización y globalización teniendo en cuenta que “…para transformar la realidad es necesario
conocer la dirección que se quiere seguir y dónde se quiere llegar” (Toledo, 2004, pág. 3) .
REFERENCIAS
Hoffman, L., Paris,
S., & Hall, E. (1995). Psicología del Desarrollo Hoy. Sexta Edición.
Madrid: McGraw-Hill.
Nollert, M., Budowski, M., & Kersten, A. (2010). Beiträge
Zur Sozialen Sicherheit: Konzeptualisierung und Messung des gesellschaftlichen
Werts von Generationenbeziehungen. Forschungsbericht Nr. 4/10. Bern: Bundes
Publikationen.
Toledo, U. (2004). ¿Una Epistemología del
Trabajo Social? Cinta Moebio .
